jueves, 27 de marzo de 2014

Emprendedores sociales: ¿moda, o innovación duradera?

Por motivos de trabajo últimamente me he tenido que informar bastante acerca de la figura del emprendedor social, que parece estar de moda.

Como innovación, respecto a la filosofía “clásica” de la empresa tradicional, me parece un concepto interesante, aunque por otra parte me genera cierta inquietud, ya que es una figura que nace a la sombra de muchas cuestiones que tradicionalmente han sido mal gestionadas.

Por ejemplo, si hubiésemos sabido gestionar nuestros recursos naturales con mayor responsabilidad, muchos de los perfiles del emprendimiento social ecológico no tendrían hoy sentido, ni serían novedad, ya que son fórmulas de negocio que responden al sentido común que nos lleva a pensar que en efecto, proteger el medio ambiente es algo importante (me sorprende cuánto hemos tardado en darnos cuenta, si es que ya nos hemos enterado...).

 

Por supuesto, más vale tarde que nunca, y el emprendimiento social tiene cada vez más sentido en una sociedad con cada vez más carencias sociales, más necesidades y más preocupaciones. Puede que el emprendedor social también venga de la mano de una sociedad, en términos generales, más concienciada, más responsable, más formada e informada.

Muchas veces pienso que lo que llaman emprendimiento social para mí solo significa “cosas bien hechas”, y no es que debieran estar de moda, sino que hace mucho que deberían de ser la tónica y no la excepción. Por ejemplo, el periodismo solidario parece estar en auge y actualmente surgen muchos modelos de emprendimiento social basados en esta filosofía pero, ¿no se trata la solidaridad de un valor que debería ser intrínseco al periodismo? Detrás de la solidaridad está la capacidad para reconocer los problemas ajenos, de jerarquizarlos y de tratarlos adecuadamente, ¿no son esas cualidades las únicas que pueden provocar que el periodismo se ponga a servicio del pueblo?





Me gusta el concepto de emprendedor social, pero no me gustaría que supusiera simplemente una moda a la que apuntarse para seguir ganando dinero con temáticas demasiado nobles y que no se han hecho para la mera rentabilidad. Se supone que el lucro no es, en última instancia, el objetivo de un emprendedor social. Aunque ya suponemos que tampoco quieren perder dinero, no deberían meterse en ese entorno para hacerse millonarios. La creación de valor social desde la empresa, ¿podría pasar de moda a sistema?


Alba Sánchez

jueves, 20 de marzo de 2014

Ayer estudiamos el modelo para innovar de Roberto Carballo. Iniciando con una reflexión sobre la necesidad y la escasez como motores de la innovación, y poniendo a África como ejemplo de innovación a través de sus ritmos musicales o su actitud emprendedora entre la máxima dificultad.

A la pregunta de ¿por qué innovar? Podemos responder diciendo que es necesario perfeccionarse para evitar una total dependencia, por lo que la innovación nace de la necesidad social. La cultura a su vez, se forma de la evolución y organización de las necesidades, vamos produciendo y perfilando cosas que responden a esas necesidades, y lo hacemos a través de la innovación. Sobre innovación tenemos un patrimonio ya adquirido a través de la cultura, y que debemos mejorar.

Me resultó interesante la idea de que es necesario enfocarse en sí mismo para conseguir calidad en lo que hacemos. La calidad es un componente básico para innovar, y en general, se desarrolla limitadamente. Deberíamos potenciarla a través de filosofías como la de: “Conócete a ti mismo”, que fue mencionada en la clase.

Otra idea destacada de la sesión de ayer es la de que los protocolos e institucionalizaciones encorsetan la capacidad de innovación de las personas. Para innovar hay que ir más allá de lo que sabes, ya que la innovación surge de las preguntas que nos hacemos sobre lo que no sabemos. Una vez activado el mecanismo de la innovación, la actitud innovadora, el incremento de la aceleración del proceso de innovación es exponencial y no tiene límites más allá de la edad que vivamos. Sobre innovación, cada vez se aprende más y más rápido.

Las normas de intercomunicación son importantes para poder desarrollar un proceso innovador en equipo, para ello señalamos las más importantes:

-Hablar en orden
-Practicar la escucha activa
-Tener una actitud abierta a la opiniones de los demás, respetarlos
-Ser positivos

Carballo destacó la filosofía japonesa de dedicar un 90% del esfuerzo a la planificación del proyecto, y un 10% a la ejecución. La buena planificación es muy importante para el éxito, y en el caso de España parece ser que solemos hacerlo al revés. Tenemos mucho que aprender para poder llamarnos innovadores. Nosotros por lo pronto seguimos trabajando en nuestros proyectos, en mi caso en periodismo solidario, para ver si al fin despertamos en la práctica esas capacidades innovadoras a las que nos vamos acercando mediante la teoría. 




Alba Sánchez

lunes, 17 de marzo de 2014

Postfordismo e innovación

En la clase del miércoles día 12 de marzo pusimos en común las aportaciones de dos textos hacia las formas postfordistas de organización de la producción.

En mi caso, leí el texto titulado 'Paradigmas sociales del postfordismo'. En general me pareció un texto interesante, aunque un tanto denso, pero apropiado para el paradigma histórico-productivo que queríamos desarrollar en la clase. Después de ver el fordismo con métodos más magistrales, la fórmula de la deducción de las características del postfordismo a través del debate conjunto me pareció nueva, dinámica y muy válida para la consecución del objetivo: analizar una época histórica y su modo de organización. 


Las ideas clave del postfordismo según el texto de Cocco son, desde mi punto de vista:

-La descentralización productiva, junto con el aumento de la importancia de las PYMES frente a la gran fábrica fordista,
-El aumento del consenso social
El paradigma japonés o toyotismo, y el comienzo de la diferenciación entre innovación tecnológica e innovación organizativa,
-Binomio conflicto-innovación
-Tener en cuenta al trabajador como persona, con sus subjetividades
-La aparición del sujeto colectivo
-Diversificación de las necesidades sociales

Del debate extraíamos conclusiones complementarias a los textos trabajados. Una de las más interesantes es la de que la innovación no tiene por qué ir directamente relacionada con la mejora social, ya que después del fordismo, las condiciones de vida de los trabajadores no eran mejores. Es frecuente asociar la palabra innovación a algo necesariamente bueno, pero entre las muchas oportunidades que se dan para innovar, o que se han dado en otros momentos históricos, debemos ser conscientes de que algunas han tenido efectos contrarios a los esperados, o se han basado en fórmulas no necesariamente positivas para el bienestar de la mayoría. 


Cabe destacar el sistema de trabajo propuesto por Omar, que resultó muy productivo: una reunión guiada donde comenzó primando el análisis de los textos para in poco a poco entrando hacia la opinión. La presencia de un observador siempre facilita la evaluación final de todo lo tratado, y es ese repaso último sobre todo lo debatido lo que parece de repente ordenar la gran cantidad de información e ideas que has ido absorbiendo y desarrollando a lo largo del encuentro. Me resultó una clase amena y útil en todos los sentidos: además de los datos históricos del postfordismo, me fui a casa con una nueva idea de organización de trabajo que seguramente tenga la oportunidad de aplicar en el futuro. 



Alba Sánchez

jueves, 6 de marzo de 2014

"Enamorarse de una idea". Sesión del 5 de marzo de 2014.

En un primer acercamiento a las formas de la innovación, hemos aprendido a delimitar el concepto y a no confundirlo con otros como por ejemplo creatividad. La creatividad forma parte de la innovación pero solo es la chispa capaz de encenderla, que de nada sirve si no se acompaña de grandes dosis de esfuerzo y trabajo personal, así como de una retroalimentación constante con “el otro”. La innovación siempre implica continuidad, evolución de una idea, no es la idea en sí.

Los sistemas jerárquicos no son favorables a la innovación, es la democracia interna en cualquier conjunto humano la que nos puede llevar realmente a innovar. Escuchar a quienes rodean un proyecto innovador implica hacerlo crecer entre todos. Escuchar es importante incluso cuando se trata de opiniones ajenas a la idea innovadora o el proyecto es cuestión. Nunca se sabe de dónde pueden venir nuevas claves para la evolución innovadora, por lo que hay que estar siempre atento y abierto a oír cualquier idea nueva.

El sentido común, aunque pueda resultar un concepto abstracto, no deja de ser importante para entender el concepto de innovar: ser práctico, medir las propias fuerzas, rodearse de personas capaces de enriquecer una idea innovadora, es básico para sacar un proyecto adelante. Esto pasa por reconocer los propios límites, como se explicó en el ejemplo de Amancio Ortega: una persona sin formación pero inteligente a la hora de relacionarse con colaboradores preparados para sacar su proyecto adelante.

En el trabajo en grupo hemos aprendido que debemos tener el control del debate todo el tiempo y evitar “dar vueltas” en torno a la misma idea. Para ello se nos propuso una técnica: cuando se está insistiendo demasiado en un tema sin posibilidad de acuerdo, es el momento de pasar a otro tema, o al balance del que tratamos.

La síntesis de los debates en puntos clave ayuda a clarificar los resultados del mismo. Después de más de media hora intercambiando opiniones, todo se ve más claro al escuchar lo hablado punto por punto, para lo que la figura del observador es básica: recoge la memoria de trabajo y sintetiza las ideas para retomarlas en conjunto al final de la conversación.

El profesor habló de “enamorarse” de un tema o de una idea como única vía para hacer algo realmente innovador, y estoy de acuerdo con ello. Se pueden aprender técnicas de casi todo con un poco de esfuerzo personal y trabajo, pero ese esfuerzo y ese trabajo no llegarán si no es con una gran carga de ilusión que los empuje, y la ilusión por algo no se puede aprender.

El tema del que yo me he “enamorado” hace ya tiempo es la regeneración del periodismo, las nuevas fórmulas que deben explorarse para dar solución a una crisis que afecta a los profesionales y a audiencias desencantadas con razón. Considero que en un campo absolutamente abierto a la innovación, y que además cuenta con un público expectante que espera algo nuevo. El grupo de compañeros que trabajaremos esta temática compartimos que el nuevo periodismo debe pasar por un nuevo enfoque basado en la solidaridad, en la información para el cambio social y el desarrollo, que aporte en términos sociales y que satisfaga las necesidades de información de una sociedad cada vez más solidaria. Y en ello nos disponemos a trabajar en próximas sesiones. 




Alba Sánchez