martes, 6 de mayo de 2014

¿Todo vale en periodismo social?


En relación con lo que venimos investigando en nuestro proyecto de periodismo social, he experimentado a través de nuestro trabajo la importancia de observar. 

Trabajando en la tarea de localizar medios sociales que sirvieran de ejemplo para ilustrar lo que queremos proyectar en el trabajo, he encontrado un caso de “falso” medio social que me ha parecido interesante.  Lo califico de falso porque, aunque en apariencia cumple las expectativas de quien va buscando un medio alternativo y solidario, existe un pequeño-gran detalle que me hace dudar de su valía como ejemplo: la dependencia.

Canal Solidario es una fuente de primera línea dentro de la comunicación social, al menos en el ámbito español. No hay director de comunicación en una ONG que no haya oído hablar de él, y además incluye un factor determinante para ser el preferido: un buscador de empleo orientado solo hacia profesionales del tercer sector, lo cual me resulta muy interesante e innovador.




Sin embargo, su estructura es muy diferente a un periódico, portal de noticias, o formatos de prensa digital. Básicamente tiene dos secciones: noticias, y causas. En la segunda sección invitan al lector a adscribirse a diferentes causas. En muchas ocasiones son la voz de otras organizaciones que eligen esta plataforma para publicitar su actividad. Sus contenidos son de temáticas apropiadas, pero no hay análisis periodístico, y en ocasiones algunos contenidos pueden llegar a parecer publirreportajes sobre algunas organizaciones.

Además, el sitio está patrocinado por organismos gubernamentales, y es aquí donde llega para mí el conflicto: ¿puede ser un medio social dependiente de la Agencia Española de Cooperación? ¿Del Ministerio de Asuntos Sociales y Cooperación?  Desde mi punto de vista, no. Canal Solidario es ejemplo de grandes innovaciones, pero no hace periodismo, aunque a priori lo pueda parecer, e incluso se llegue a utilizar en el Tercer Sector como una fuente. El principal aprendizaje de este “encontronazo” es que la diferencia está en los matices más sutiles, y que los ojos del que busca deben estar entrenados para detectar la realidad que hay detrás de la apariencia, para lo que –en términos profesionales- la especialización en un grado más que ayuda a conformar el criterio particular de cada observante.


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